Las fuerzas israelíes se retiraron de la zona a primera hora del miércoles. 13 palestinos y un soldado israelí murieron durante la operación
Vecinos palestinos observan la destrucción dejada dos días después de la mayor incursión militar israelí en el campo de refugiados de Yenín en décadas. En casi 20 años el Ejército israelí no había bombardeado Cisjordania desde el aire. Las fuerzas israelíes se retiraron de la zona a primera hora del miércoles afirmando haber infligido graves daños a los grupos militantes que, según el Gobierno, operan desde el campo de refugiados de la ciudad.
Trece palestinos y un soldado israelí murieron en enfrentamientos durante la operación. Vecinos y familiares daban el pésame en el último de los funerales mientras los soldados se retiraban a sus bases. Al mismo tiempo, los palestinos que habían huido del campamento de refugiados volvían a casa.
Al finalizar la operación, el Ejército israelí mostró las armas y el presunto material para fabricar bombas confiscados durante la operación. Pruebas, aseguran, que justifican la violenta incursión. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha advertido de que el de Yenín no es un caso aislado, y se podrán repetir más incursiones.